La muerte en sí, la muerte del hoy, tan sólo es la muerte del mañana; el ayer siempre quedará, por mucho anteayer que sea y por poco que se recuerde.
Echad a menudo la mirada atrás con los pies hacia delante, traed con vosotros al hoy de este momento el ayer de aquél que lo fue.
Y es que el hoy, en sí mismo -y en nosotros- tan sólo es la consciencia de todo ayer, desde el más temprano hasta el más añejo. Siendo el hoy el alegre trazo de nuestra pluma, el ayer aquello escrito, y el mañana el papel por manchar.
No temáis, pues, de quedaros sin tinta, o sin papel, y regocijáos siempre en lo escrito de vuestro puño y letra, que serán por siempre vuestro puño y vuestra letra.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
molt gran tiu!!
ResponderEliminar