(Púrpura como un iris, Charles Bukowski)

Como dije, a veces me preguntaba por qué Bobby estaba allí. Era normal en casi todas las áreas de conducta, sólo tenía una cosita: de vez en cuando, se levantaba y se metía las manos en los bolsillos y alzaba mucho las perneras de los pantalones y andaba ocho o diez pasos soltando un torpe silbidillo. Una especie de melodía que tenía en la cabeza. No era musical. Era una especie de melodía, siempre la misma. Duraba sólo unos segundos. Eso era lo único que el pasaba a Bobby. Pero seguía haciéndolo entre veinte y treinta veces al día. Yo al verlo, al principio, creí que bromeaba y pensé, vaya, que tío más simpático y agradable. Luego, más tarde, te dabas cuenta de que tenía que hacerlo.

1 comentario:

  1. veig q avui que "libras" has aprofitat el link q et vaig passar... :) és un home molt molón, i també molt verd (verd moc fastigós però REAL)

    moltsmoltsmoltsòsculs...
    [petit annex final: al final no hi ha hagut concert i hem acabat innundadissims sopant a un portal... i hem conegut uns suecs (groaor!) i hem parlat amb ells (obviusly in english)]

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